martes, 19 de julio de 2011
Generalmente juzgamos a una persona a los primeros cuarenta segundos de conocerla. Cualquier gesto, palabra o acción es decisiva para que dicha persona se lleve una opinión positiva o negativa de nosotros. Vivimos de las aparencias, juzgamos también por una buena presencia y es muy dificil quitarnos una mala imagen de la cabeza, por decirlo de alguna manera, la persona ya está sentenciada nada más llegar, una palabra inoportuna o un mal gesto ya hace que se forme un cierto rechazo. En otras ocasiones, los cuarenta segundos son verdaderamente positivos y hacen que queramos conocer más de esa persona, hacen qe se formen las buenas amistades y a partir de ahí, los buenos ratos. Hace algún tiempo tuve unos cuarenta segundos muuy acertados y no los cambiaria por nada.
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